Te corto el consumo por jetón
jueves, abril 21, 2005
  G-rbis
Despedida de Belgrano, mi cumple, doce amigos y yo fuimos a comer a G-rbis.
G-rbis. Comida de oriente, o armenia, o lo que fuera. Mis amigos judíos me instruyen en los nombres de los manjares. Sí. Tengo amigos judíos. También tengo amigos negros, pero de alma blanca. ¿Serán los mismos amigos de Bloomberg?

Todo rico, todo berenjenoso, todo no tan barato como antes, pero como se acaba de morir el gran obispo, está como para jugarse y pagar los dieciséis con noventa.

Dos opciones: canilla libre, o menú ejecutivo (que es el nombre con punch del menú rasca).
Más tarde me enteraría yo que no se permiten mesas mixtas. O toda la mesa come libre, o toda la mesa come ejecutivo. Razonable.

"Haremos una excepción [y confiaremos en ustedes]" dijo [y pensó] el mozo.

El mes de tu cumpleaños te regalan un almuerzo "para comer todo libre", reza el pequeño tótem acrílico que expone el menú y las breves instrucciones sobre el sistema. Avisamos al mozo sobre mi cumpleaños. Tomó nota mental.

Comimos como cerdos.

Nos dispusimos a pagar. Mostré mi documento y rellené el "formulario de regalo" correspondiente, calificando como excelente al restorán en todos los ítems, quizás teñido por el placer inmediato y carnal de estar libre de pago.

A partir de ese momento, se da esta situación que describo:

Mozo: -—No te puedo descontar por el cumpleaños porque es sólo si todos consumen libre.
Muchachada: (Intenta con el argumento irrefutable) —¡Ehhh!

Frente a nuestros perplejos ojos, el argumento irrefutable fracasa. De todos modos, sabemos que es para uso exclusivo en charlas de amigo, pues se basa en la generación de una sensación de culpa por cortarse del plan del grupo. En el caso de un mozo no aplica.

Muchachada: —¡Ehhh!— nunca está de más abusar del argumento.
Nada. El mozo parece impune al argumento por excelencia: ¡las balas le rebotan, profesor!
Muchachada: —¡Vamos a hablar! [con el encargado]

Allí fueron mientras yo pagaba mis dinerillos, previendo un negro desenlace.

El Gerente De Compras (uno de los 12 comensales), con su sabiduría inconmensurable, propuso como argumento irrefutable lo siguiente: “¿O sea que si nos sentábamos agrupados por tipo de consumo nos daban el descuento pero con esta disposición lo perdemos? Es absurdo.”
No sé si llegó a utilizarse la estrategia porpuesta por él.

Cuando llegué, pude observar la siguiente conversación entre la muchachada (en adelante “patota”) y el Encargado Con Cara de Brandon De 90210 Mezclado Con Mauricio Macri Defendiendo Lo Indefendible (en adelante “encargado”). Lo de patota no lo digo porque haya habido violencia, sino por pensar en un grupo numeroso empujando hacia un objetivo común, dispuesto a agotar recursos en su búsqueda.


Encargado: —No.
Patota (Argumento irrefutable número 1): —¿O sea que si el cumpleañero viene con una sola persona de acompañante, o solo, ustedes le ofrecen la promoción, pero si viene con DOCE, que evidentemente es mucho más conveniente para ustedes, no lo hacen?
E: —Sí. Es cierto que es más conveniente, pero es regla de la casa.

P: —Hicieron una excepción y nos permitieron armar una mesa mixta. ¿Por qué no hacen otra excepción y nos aceptan el uso de la promoción?
E: —Es regla de la casa. La mesa mixta no tiene promoción de cumpleaños.
P: (Argumento irrefutable número 2) ¿Cómo es que tienen una regla que aplica a una mesa que no puede existir?
E: (luego de sesuda pausa) —Mgrbbmumble [oie apá... levántate y ven a trabajar... mbrbrmumble... iá voy amá]

Además puso cara de “la respuesta es no”.

P: (Argumento irrefutable número 3): En la explicación de la promoción no dice (posta) que es para mesas cuyos comensales piden todos libre.
E: —No.

Además puso cara de que “No” significa “No te voy a hacer el descuento”.

P: (Argumento no tan irrefutable pero molesto número 4) —Me parece deshonesto de su parte.

Además la patota puso cara de “te voy a desrecomendar a todos mis amigos, y tenemos cara de doce caras”.
El encargado se jugó con su respuesta, claramente ignorante del Teorema Chino del Resto (del resto del mundo) que dice que dadas dos personas en el mundo, se puede llegar de una a otra haciendo una cadena de amistades de longitud menor o igual a seis. Tal cadena siempre tendría un chino en el medio, y de ahí el nombre del teorema.

E: (en un desborde de originalidad) —No.

Además todos intuimos que ese “No” conllevaba el mismo significado que todos los anteriores. Comenzamos a detectar un leve regustillo a “nosotro tenemo la bomba”, esa especie de gesto corporal estilo peleita de alumnos de primaria que utilizan los diplomáticos de países que tienen fuerza militar superior a su contrincante de argumentación.

Nos fuimos con la impotencia estilo oso montañoso y la decisión de no recomendar más el sitio.

Llegamos a la oficina y nos cruzamos con mamá “por fono te lo soluciono”, y le contamos.
Mamá “por fono te lo soluciono” es nuestra jefa-dueña superheroína de las negociaciones telefónicas.
Le ganaría una discusión a los negotiators Kevin Spacey y Samuel Jackson complotados en su contra.

A los 10 minutos, me llama por el interno.
Podés ir a cobrar. El señor SoyElDueñoDeG-rbis te va a devolver el dinero.
¡CHAN!
Cada día se mejora.
Creo que les ganaría a los dos negotiators incluso durante una operación de encía.

La historia sobre cómo lo cobré es más larga que la del problema.

Estaba cerrado. Eran las 15:30. Miré como un gil apoyando las manos en el vidrio. Golpeé. Nada. Caminé para un lado y el otro. Me pareció ver a alguien. Golpeé de nuevo. Nada de nuevo. Me fui al localcito de al lado. La minusa me hace gesto de cerrado. Le hago el típico gesto de vení igual aunque esté cerrado y viene, obvio. Le pregunto y me manda a una puerta con mirilla onda diga la contraseña y me atiende un mozo con cara de mi aspecto no debe ser visto por los chetos clientes, y me manda a otra puerta con rejas. Voy y me atiende un tipo con gorro de cocinero gurmetpuntocom y cara de a mi sí pueden verme. Al final éste lo llama a SoyElDueñoDeG-rbis, quien me abre la puerta. Hablamos largo y tendido:

Dueño: —Tenés que comprender que el mozo actuó como corresponde...
Yo: (blah... somostodosamigosycomprensivos)
D: (yadda... loslímitessondifusos) —Acá dice claramente que sólo se puede utilizar si todos piden libre.
Y: —Yo lo interpreto como que el que come libre es el agasajado.
D: —Bueno... CADA UNO LO INTERPRETA COMO LE CONVIENE
Y: (con la vena esta así) —Bueno... cada uno lo interpreta como puede, dada la clara ambigüedad.
D: (yadda vivimos de los clientes... blah pero también hay gente que se aprovecha de mi nobleza)
Y: (blah flores y mariposas diplomáticas y sonrisa colgate)
D: (blah somo todo amigo y sonrisa de odolito)
Y: muchogusto.
D: elgustoesmío (pensando más vale que ahora me recomiendes y vuelvas)

Esta vez, no le llené la encuesta. ¡TOMÁAA!
 
Hay comerciantes que realmente no tienen ganas de vendernos, y por eso nos atienden con cara de upite, mal, dan servicios del ocote, o hacen del trámite consumista un averno. He aquí mis opnioines de Pitufo gruñón.

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